Entre religiones, ciencia y dones. El Médico, un viaje al conocimiento. El médico (Der
Medicus). Dirección:
Philipp
Stölzl.
Basada en la novela homónima de Noah Gordon. Alemania, 2013. Guión: Jan Berger.
Elenco: Tom Payne, Stellan
Skarsgård,
Olivier
Martinez,
Emma Rigby, Ben Kingsley, Michael
Jibson,
Elyas M'Barek, Makram Khoury, Dominique Moore, Fahri Yardim. Por Mtra. Rosa Herlinda Beltrán Pedrín: Universidad
Autónoma de Baja California.
En 1986 Noah Gordon publica su obra literaria El Médico, la complejidad de su trama
lleva al lector desde una lúgubre Edad Media en Inglaterra hasta una dorada
Asia, esto hizo que su adaptación cinematográfica esperara más de
veinte años.
Con la producción UFA Cinema de
Alemania y la dirección de Phillpp Stölzl de Munich, El
Médico logra su proyección en pantalla grande con buena aceptación del
público en el 2013. La esencia de la
historia, su espíritu se conserva con una adaptación sutil que nos permite
mantener estos sentimientos y empatía por cada uno de los personajes que nos
presenta.
El film exhibe la ignorancia de la
civilización de Europa en la Edad Media para enfrentar enfermedades y pestes
que aniquilaban a su población, los tabús y mitos en torno a la medicina que en
aquella época es referida como hechicería, carnicería y alquimia son algunos de
los temas principales que despiertan las motivaciones del protagonista Rob Cole
(Tom Payne), estos acontecimientos le inspiran a encontrar respuestas, aprender remedios y técnicas de
la filosofía antigua para la sanación.
La adaptación cinematográfica
presenta asertivamente las posturas de las distintas religiones, tan diferentes y tan iguales sobre la noción
que refiere al manejo del cuerpo humano, para las tres religiones que se mencionan en la película Cristianos,
Judíos y Musulmanes, una persona muerta merece respeto, su cuerpo es sagrado y
es una gran ofensa su profanación, se habla de Necromancia / herejía y se
condena a muerte a los individuos
que se atreven a violarlo. Esto añade al relato la presión que el protagonista
debe sopesar sobre el valor espiritual y la sed de conocimiento.
A esto le podemos añadir un Don, el protagonista Rob Cole puede
predecir el momento de muerte de una persona solo al tocarla, en la propuesta
cinematográfica cuando uno de los personajes se encuentra a punto de fallecer
la imagen se detiene unos segundos en el tiempo, se utiliza la técnica cámara lenta, se
agregan efectos especiales de tiempo sostenido y el diseño sonoro lo enmarca.
La fotografía de Hagen Bogdanski subraya cada una de las
locaciones, la paleta cromática utilizada es referencia cultural sobre lo que
hemos visto en la historia de arte sobre estos sitios, por ello Europa se
despliega en color gris, verde, azules, ocre, el cielo se presenta nublado, la
iluminación es suave, no se ven sombras duras que marquen las facciones de los
actores. Es una atmósfera triste casi sin esperanza como la introducción
misma de este relato.
La trama del film avanza conforme lo hace el
viaje de Rob Cole hacia su destino Asia, presentando una paleta de color que se
va concibiendo cálida, el cielo se despeja, el Sol se hace presente y poco a poco la luz con su dirección satura el
color, naranjas, amarillos, dorados. La luz dura revela esos rostros con sus
expresiones y arrugas, imperfecciones causadas por el desierto.
La película es una montaña rusa que cuenta con
drama, romance, aventura, intriga, historia y dones que van más allá de la
aplicación científica. Como lo comenta Paola Arantzazu Ruiz “El médico' es una
de esas grandes películas épicas que asume sin complejos su espíritu para las
masas y se entrega a fondo para que el espectador se zambulla en la magnífica
aventura que propone” (Ruiz, A. -2015, Julio 2016-. Sensacine.
Retrieved from Sensacine:
http://www.sensacine.com/peliculas/pelicula-207809/sensacine/).
Indudablemente El Médico es una película recomendable, para algunos críticos tiene
algunos momentos exagerados o recargados, aún así mantiene al espectador en
expectativa por todas estas situaciones, lugares y personajes que llenan de
curiosidad.
El tiempo no
es una flecha. Matadero cinco
(Slaughterhouse-Five) Dirección: George Roy Hill. Basada en la novela homónima de Kurt
Vonnegut. Estados Unidos, 1972. Guión: Stephen Geller. Elenco:
Michael Sacks, Ron Leibman, Eugene Roche, Sharon Gans, Valerie Perrine, Holy
Near, Perry King, Kevin Conway. Por Romina Victoria Rauber: Doctoranda en Letras y
becaria de SECyT-UNC.
Matadero Cinco o la cruzada de los
niños (1969) es un Bildungsroman posmoderno que consagró a su autor, Kurt Vonnegut, en
las letras estadounidenses. Es la historia de Billy Pilgrim y el peregrinaje
por los diferentes momentos de su vida, viajando de uno a otro, hacia atrás o
hacia adelante en el tiempo, innovación técnica con la que Kurt Vonnegut logró
recrear en la ficción el funcionamiento de una mente traumatizada por la
guerra. Así también lo logra Hill en su adaptación cinematográfica al alternar
las escenas de la juventud y la madurez del protagonista siguiendo con bastante
fidelidad la trama narrativa. El mismo Vonnegut celebró el filme declarando que
armonizaba con sus sentimientos al escribir la obra.
La película
abre con una escena del segundo capítulo de la novela, cuando la hija de Billy
llama insistentemente a la puerta de la mansión donde este vive, solo y viudo,
desesperándose porque su padre no aparece. Es que Billy está en el sótano
escribiendo una carta al diario local en la que explica sus experiencias de
viaje en el tiempo y su contacto con los extraterrestres del planeta
Tralfamadore. Y es que, como toda su familia supone, Billy Pilgrim está loco de
remate.
En la escena
siguiente, magistralmente completada por el acompañamiento musical del segundo
movimiento del Concierto para clave Nº 5
(BWV 1056) de Bach interpretado por Glenn Gould, un Billy de 19 años está
escapando del frente alemán en medio de un paisaje inmaculadamente blanco,
trastabillando con la nieve una y otra vez. Un primer plano nos muestra el
rostro inocente del personaje, en la piel del actor Michael Sacks, que expresa
desde el comienzo la imagen central de ambas obras: un recluta de 19 años es un
niño enviado al matadero.
Galardonado con el Premio del Jurado del Festival de Cannes en 1972 (además de los premios Hugo y Saturn), el filme confirma la cualidad cinematográfica del montaje narrativo, con la desventaja de reducir el efecto de ambigüedad respecto del estado mental de Billy. Una escena en la que se le practica el electroshock, ausente en la novela, acentúa la línea de lectura que apunta a su esquizofrenia, una hipótesis de sentido que tiene su fuerza, pero que no recibe sanción definitiva en la fuente.
Además de su
costado antibelicista, el filme activa los presupuestos genéricos de la ciencia
ficción con la incorporación de las escenas en el planeta Tralfamadore. Allí
Billy vive en una jaula de zoológico ambientada según el hábitat terrícola
usual para ejemplares como él, con una estrella de cine porno, Montana
Wildhack. Además de proponer una meditación sobre la vivencia humana del
tiempo, la historia interpela al lector/espectador en cuanto a qué tan real es
la libertad del individuo en la sociedad industrial moderna que adviene tras
las grandes guerras.
Una
diferencia significativa entre la película y la novela es el marco narrativo
que presenta la segunda, en la que el personaje del autor se refiere al proceso
de composición del libro y a la necesidad, literaria y vital, de lidiar con el
impacto de su experiencia como prisionero de guerra y sobreviviente del bombardeo
de Dresde. La película deja de lado este recurso metaficcional y se centra en
la historia de Billy Pilgrim. También se omite al personaje Kilgore Trout, un
escritor de ciencia ficción y alter ego del autor, que aparece en la mayoría de
sus novelas. Finalmente, un pasaje en que se utiliza la técnica de la reversión
cronológica (que Vonnegut inaugura en la literatura), la cual narra el
visionado de un documental hacia adelante y hacia atrás, es otra gran ausencia
en la versión fílmica debido a restricciones de tiempo.
La
filmografía de George Roy Hill incluye títulos como Butch Cassidy and the Sundance
Kid (1969) y The Sting (1973),
éxitos de taquilla en su momento, protagonizadas por Paul Newman y Robert
Redford; y The World According to Garp
(1982), basada en la novela homónima de John Irving, con la actuación de un
Robin Williams treintañero. Sus largometrajes recibieron premios Óscar, Bafta y
Globos de Oro en distintas categorías, además de varias nominaciones. De
carácter modesto y reacio a la exposición mediática, Hill poseía una visión
seria de la vida y es recordado por su intolerancia a la impuntualidad en el
set y su modo desenvuelto y polémico de dirigirse a actores y productores.
El peso de las
relaciones: Breve reflexión sobre La
insoportable levedad del ser de Milan Kundera y Philip Kaufman. La insoportable levedad del ser (The Unbearable Lightness of Being).
Dirección: Philip Kaufman. Basada en la novela homónima de Milan Kundera. EEUU,
1987. Guión: Jean-Claude Carrière, Philip Kaufman. Elenco: Daniel Day-Lewis,
Juliette Binoche, Lena Olin, Stellan Skarsgård, Derek de Lint, Erland
Josephson, Pavel Landovsky, Donald Moffat, Daniel Olbrychski. Por Rocío Belén
Rivera: Profesora y estudiante de Artes (UBA).
“-Entonces, ¿de qué se trata?
-Del
amor – sonrió. - ¿Del amor? - se extrañó.
-El amor es un combate – sonreía Marie Claude.
Combatiré todo lo que sea necesario. Hasta el
final.
- ¿Qué el amor es un combate?
No tengo el menor deseo de combatir –
dijo Franz y se marchó.”
La insoportable levedad del ser.
Milan Kundera representa uno de los escritores
más importantes del siglo XX. La
insoportable levedad del ser, novela publicada en 1984 se subraya, entre
muchas obras destacables en su haber, debido a su gran éxito de recepción y de
crítica, y por su gran carga teórica filosófica, abordado la reflexión
existencialista desde la fatalidad del eterno retorno nietzscheano, la teoría
del “Kitsch” y, principalmente, la paradoja y cuestionamiento de la
insoportable levedad del ser. Así mismo
se constituyó como una de las transposiciones fílmicas más celebradas dentro de
la esfera del cine mundial.
En este libro, Kundera nos presenta la historia de una pareja formada por Teresa y Tomás, donde cada uno representa polos opuestos: él es la lujuria y la pasión desbordada, ella es la ingenuidad y la modosidad personificada. Dentro de estos parámetros, la relación entre ambos deviene como una interesante reflexión sobre la naturaleza del amor, las relaciones y la vida humana en general. Permitiéndose pasajes en los que el autor devela su enunciación, la novela se encuentra relatada por un narrador omnisciente que nos cuenta lo que piensan, sienten y desean cada uno de los personajes. De esta forma la reflexión existencialista que conforma la base del libro, se encuentra diversificada desde varias perspectivas, lo que habilita un abanico rico de puntos de vista diferentes sobre tópicos cotidianos de la vida humana. Esto se debe, entre otras cuestiones, a que la pareja de Tomás y Teresa, se encuentra atravesada por un personaje sumamente estimulante para ambos y para el autor en sus reflexiones, la artista plástica Sabina, quien habilita el posicionamiento crítico de la pareja protagonista, así como también del lector, quién se sentirá interpelado por la intervención de dicho personaje.
En este libro, Kundera nos presenta la historia de una pareja formada por Teresa y Tomás, donde cada uno representa polos opuestos: él es la lujuria y la pasión desbordada, ella es la ingenuidad y la modosidad personificada. Dentro de estos parámetros, la relación entre ambos deviene como una interesante reflexión sobre la naturaleza del amor, las relaciones y la vida humana en general. Permitiéndose pasajes en los que el autor devela su enunciación, la novela se encuentra relatada por un narrador omnisciente que nos cuenta lo que piensan, sienten y desean cada uno de los personajes. De esta forma la reflexión existencialista que conforma la base del libro, se encuentra diversificada desde varias perspectivas, lo que habilita un abanico rico de puntos de vista diferentes sobre tópicos cotidianos de la vida humana. Esto se debe, entre otras cuestiones, a que la pareja de Tomás y Teresa, se encuentra atravesada por un personaje sumamente estimulante para ambos y para el autor en sus reflexiones, la artista plástica Sabina, quien habilita el posicionamiento crítico de la pareja protagonista, así como también del lector, quién se sentirá interpelado por la intervención de dicho personaje.
El personaje de Sabina, como eje distorsivo de la relación de los protagonistas |
La película homónima realizada por Philip
Kaufman en 1987 y protagonizada por Daniel Day-Lewis, Juliette
Binoche, Lena Olin, Stellan
Skarsgård,
entre otros, realiza de forma correcta la trasposición del libro, aunque deja
de lado su aspecto más filosófico existencialista. Muchas de las reflexiones
más destacables del libro, aquellas que le han permitido el gran éxito de
crítica literaria, quedan afuera de la versión fílmica, ponderando la representación
de la dinámica infiel y enfermiza que se apodera de la relación entre Tomás y
Teresa.
Tomás (Daniel
Day Lewis) y Teresa (Juliette Binoche)
Es interesante, sin embargo, como el film
respeta la importancia que el libro le da al contexto histórico donde se sitúa
la historia. Si bien la novela se publica en 1984, la historia está anclada en
1968, en Praga (Checoslovaquia) y en Francia, habilitando así, a la novela como
un elemento interesante a tener en cuenta a la hora de abordar la disidencia
vivida en Europa del Este durante La Guerra Fría (1947-1989). Durante esos
años, las invasiones rusas, la censura y la persecución política se habían convertido
en moneda corriente, lo cual queda reflejado tanto en el personaje de Tomás,
que siendo cirujano termina exiliado y limpiando ventanas por no adherir al
régimen establecido, así como también en el personaje de Teresa y de Sabina,
que siendo artistas se ven censuradas y limitadas en su hacer estético.
Escena de revuelta social del film (Mayo
francés)
|
Cabe destacar a modo de cierre, que a pesar de
abandonar la posición más filosófica que el autor aborda en la novela, la
película presenta grandes actuaciones de intérpretes que, si bien ya eran
reconocidos entonces, ganarían importante notoriedad posteriormente. Asimismo,
el film exhibe una escenografía realmente ponderable, plagada de lugares que
permiten ubicar el tiempo y el espacio de Europa del este hacia 1968.
Una violencia compartida por todos. Una historia violenta (A History of Violence). Dirección: David
Cronenberg. Adaptación de la novela gráfica de John Wagner y Vincent Locke.
EEUU, 2005. Guión: Josh Olson. Elenco: Viggo Mortensen, Maria Bello, William
Hurt, Ed Harris, Ashton Holmes, Heidi Hayes, Stephen McHattie, Greg Bryk, Peter
MacNeill. Por Erik Stout: Maestrando en Literatura Comparada en la Universidad
de Montréal, Canadá.
La película Una historia violenta
de David Cronenberg es la adaptación de la novela gráfica de John Wagner
y Vincent Locke. No sorprenderá a los fanáticos de Cronenberg su interés por
una historia de este tipo. Efectivamente, el cineasta canadiense ha consagrado
una buena parte de sus películas a la temática de la violencia que se esconde detrás de la imagen lisa del sueño americano.
Violencia interna y externa del país, por supuesto, pero también violencia en
su cine.
Para resumir
rápidamente la historia: Tom Stall es un padre de
familia de apariencia normal que es incluso aburrido y viviendo en un típico
pueblo americano. Un día él causa la muerte de gánsteres en un acto de
autodefensa y resulta que se convierte en una figura mediática. Los problemas
comienzan con la llegada de otros bandidos que afirman que tiene un pasado secreto.
Después de un período de duda e incertidumbre, se aprende que él es John
Cusack, mafioso arrepentido de Philadelphia.
Unas
de las cuestiones principales del film es la siguiente: ¿Esta
violencia, cuál es su origen? A un cierto nivel,
podríamos responder que Tom Stall contamina su
familia y comunidad pacífica por su pasado secreto. Sin embargo, quizás la
erupción de la violencia en esta comunidad no es el acto de solamente una sola
persona o de un grupo de gánsteres pero el producto de factores más colectivos.
¿Por qué la violencia se inserte de manera tan fácil, tan natural en el
pueblo de Tom, en su familia misma? ¿Por qué el
hijo de Tom mata a los atacantes de su padre casi naturalmente, como si no le
costaba nada? ¿Y cómo su esposa puede fingir
de manera tan convincente llorar ante el sheriff para evitar que su marido
tenga que pagar las consecuencias de sus acciones? Pienso que las respuestas a
esas preguntas tienen que ver con la atracción que la violencia tiene para los
personajes, que parecen a un cierto nivel casi felices de ver su vida mundana
perturbada así. Por ejemplo, antes de las revelaciones de la violencia oculta
del padre, el hijo ya tiene una rabia interior contra el aburrimiento del mundo
adulto que expresa en duelos verbales llenos de ironía. Así que el
descubrimiento de un padre monstruoso, aunque si es recibido con horror, puede
darle cierta satisfacción inconsciente: ahora tiene una excusa para realizar su
rabia en un enfrentamiento con su torturador en la escuela y después con los
atacantes de su padre.
En este sentido,
esta película expone un mundo donde cada uno es cómplice de la violencia.
Cronenberg lo muestra de manera original, jugando de varias maneras con la
temática de la violencia secreta. Vemos un otro ejemplo: el film critica una cierta ideología que tiene que ver con el movimiento del evangelismo
en los Estados Unidos. No es un azar que Joey Cusack sea un cristiano
renacido (« born again christian » en inglés), no solamente en un sentido
religioso, sino también literalmente: porque tuvo que morir en su encarnación
de John Cusack para volverse Tom Stall. Hay un problema sin embargo: la violencia
no se puede limpiar tan fácilmente. Una vez que algunas acciones son cometidas,
nunca pueden ser retiradas y la comunidad es contaminada eternamente.
Así se puede interpretar la última escena de la película. Después de haber
matado a todos sus enemigos, Tom regresa a casa
para una cena en familia. Entonces todo se pasa alrededor de la mesa, el más
sagrado del espacio familiar. Pero lo que vemos en esa última escena es la
derrota de la utopía la familia como un lugar seguro, lejos del mundo
peligroso. Incluido la niña de Tom, que no tiene más de 5 o 6 años, no podrá
escapar de la violencia doméstica: tiene que vivir con los pecados del padre.
Tom
Stall no es el único responsable de la situación: su hijo ha sentido la
seducción de la violencia física; su esposa ha dado a su marido una protección
hipócrita por sus crímenes. La última escena nos evoca así lo que Hannah Arendt
llamaba la banalidad del mal – en el espacio habitualmente seguro de la
familia.
Alicia al otro lado
de la pantalla. Alicia a través del
espejo (Alice Through the Looking
Glass). Dirección: James Bobin. Basada en la novela A través del espejo y lo que Alicia encontró allí de Lewis Carroll.
EEUU, 2016. Guión: Linda Woolverton. Elenco: Mia Wasikowska, Johnny Depp,
Helena Bonham Carter, Anne Hathaway, Sacha Baron Cohen, Michael Sheen, Alan
Rickman, Stephen Fry, Timothy Spall, Rhys Ifans, Ed Speleers, Barbara Windsor,
John Sessions, Paul Whitehouse, Karol Steele. Por Marianela Trovato: Estudiante
del Profesorado en Letras de la UNMDP. Adscripta Cátedra Didáctica Especial y
Práctica Docente.
Alicia
a través del espejo
dirigida por James Bobin está basada en el libro A través del espejo y lo que Alicia encontró allí, de Lewis
Carroll. Fue estrenada por Walt Disney Pictures, el 27 de mayo de 2016. La
historia, guionada por Linda Woolverton, toma como base los personajes y
algunos conflictos de la novela de Carroll, pero desarrolla una trama nueva que
no se mantiene fiel al texto.
Al igual que la obra
publicada en 1872, este film, protagonizado por Mia Wasikowska, se presenta
como la secuela de Alicia en el país de
las maravillas. Sin embargo, la protagonista del relato cinematográfico ya
no es una niña, si no que representa a la Alicia adulta. En ambos casos, se
mantiene latente el juego entre el sueño y la realidad. No obstante, en la
novela el mundo de vigilia está plasmado en un ambiente cotidiano reducido en
el que Alicia juega con sus gatitas, mientras que, en la película, los sucesos
que operan como marco del ensueño tienen que ver con los conflictos a los que
se enfrenta una joven que no acepta los moldes impuestos. Entonces, podemos
decir que en esta nueva manifestación fílmica Alicia se encuentra inmersa en un
mundo de problemas adultos que generan en ella una tensión entre el querer y el
deber.
En vistas del
posicionamiento que viene construyendo la productora Disney, la película pone
en cuestión el rol tradicional que se le asignaba a las mujeres en la época de
principios del desarrollo industrial y comercial en Inglaterra. De esta manera,
podría decirse que se universaliza la trama con un discurso que actualmente
está en boga. Si en la primera versión Alicia tuvo que decidir si aceptar un
matrimonio arreglado o dedicarse a los negocios, en la última, vuelve a estar
bajo la presión de amoldarse a la forma de vida esperable para una mujer de su
clase social. Es decir, la historia de Alicia en su mundo familiar y social
parece haberse complejizado con el fin de volverse más seductora para los
espectadores.
También debemos
destacar que uno de los principales aspectos de la obra de Lewis Carroll, el nonsense, fue dejado de lado para dar un
sentido lógico a la totalidad de la trama. El país del ensueño construido por
Carroll, caracterizado por los diálogos absurdos y los sucesos disparatados, pierde
sustancia en la película de Disney. La ruptura de las reglas, tópico que se
retoma en el film, opera sólo en el nivel del discurso, en lo dicho por los
personajes, no en un plano simbólico como ocurre en el texto. Así, la “locura”
del Sombrerero (interpretado, una vez más, por
Johnny Depp) y la rebeldía de la protagonista que no cumple con lo que
se supone que debería hacer, quedan explícitamente
explicadas bajo una interpretación más o menos dada. Entonces, en términos
generales, en la versión cinematográfica se construye una recepción esperable
inducida mediante un discurso que representa los lugares comunes de “todo es
posible” y “persigue tus sueños”.
En este sentido, los
diálogos que en la obra de Carroll parecen no llevar a ningún lugar, aquellos
que son como “acertijos sin solución”, como los denomina la propia Alicia, en
la opción fílmica son líneas que confluyen en un mismo concepto general. Es
decir, que el relato del escritor británico tiende a propiciar la multiplicidad
de significados, mientras que, en la versión guionada por Linda Woolverton, se
hace más visible una conducción de las interpretaciones hacia un sentido
construido a priori.
Por otro lado, uno de
los recursos recurrentes en Alicia a
través del espejo es el flashback.
Distintas vueltas al pasado a lo largo de la película sirven a la trama para
tejer una relación de causa y efecto entre lo ocurrido y el presente. Así, el
Sombrerero debe recuperar una búsqueda que quedó trunca; la Reina Roja y la
Blanca deben resolver sus problemas arrastrados desde la infancia; y Alicia,
por su parte, debe superar la muerte de su padre y romper con las maldiciones
que antaño desparramó la Reina Roja sobre el País de las Maravillas.
El film, además,
aporta un nuevo personaje a la historia: el Tiempo, mediante el que se retoma
un tópico que en el escrito de Lewis Carroll no funciona como línea vertebral.
La incorporación de esta figura, interpretada por Sacha Baron Cohen, permite la
introducción de rupturas temporales. Pero, esos saltos quedan justificados por
los viajes que realiza Alicia con la ayuda de una máquina con el objetivo de
solucionar conflictos irresueltos.
En cambio, en la
narración del autor inglés, el tiempo es uno de las temáticas que se abordan
para poner en evidencia y problematizar la arbitrariedad de las convenciones.
Por último, cabe
destacar la interesante elección de la estética del film. En esta ocasión,
James Bobin optó por trazar una continuidad con ciertos elementos ya puestos en
escena por Tim Burton en Alicia en el
país de las maravillas, del 2010. Pero, al mismo tiempo, frente a la mayor
presencia de la oscuridad, Bobin decidió incorporar una paleta de colores más
cálidos y brillantes. Además, el maquillaje y el vestuario aportan
excentricidad a los personajes y al paisaje y siguen la línea del colorido y lo
excesivo. No obstante, el aspecto gótico, muy explorado por Burton, se mantiene
en esta nueva adaptación cinematográfica vinculado especialmente a la morada
del Tiempo.
Asimismo, resulta
enriquecedor el agregado de giros oníricos similares a los plasmados por los
pintores surrealistas. De este modo, es acertado el paralelismo entre las
imágenes y el contenido que propone pasajes a través del espejo, viajes en el
tiempo y excursiones por el extravagante País de las Maravillas.
En definitiva, la
película cuenta con aspectos atractivos sobre todo en cuanto a la elaboración
artística de lo audiovisual. Sin embargo, en este caso, la enorme distancia que
existe con respecto al texto original no fue un punto productivo, sino que
significó una pérdida del mundo maravilloso con el que Lewis Carroll puso en
jaque la lógica estricta de la razón, liberando al máximo la potencia de las
palabras en su relación con las ideas y las cosas.
BONUS TRACK: PRIMERA VERSIÓN FÍLMICA DEL CUENTO CENICIENTA DE
CHARLES PERRAULT. Dirección: Georges
Méliès. AÑO 1899.
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