Entre la oscuridad y el barroco. Cuento de los cuentos (II
Racconto dei Racconti). Dirección: Matteo Garrone, Italia, 2015. Adaptación
del libro de Giambattista Basile, Guión: Matteo Garrone, Edoarddo Albinati, Ugo
Chiti, Massino Gaudioso. Elenco: Salma Hayek, Vincent Cassel, Toby Jones, John
C. Relly, Alba Rohrwacher, Bebe Cave, Shirley Henderson, Hayley Carmichael,
Stacy Martin, Jessie Cave. Por Rosa
Herlinda Beltrán Pedrín, Docente de la Facultad de Artes de la Universidad
Autónoma de Baja California (México).
En las reinterpretaciones modernas de cuentos de hadas
para la cinematografía nos
encontramos con Il Racconto dei Racconti
adaptación del libro “El cuento de los
cuentos” del napolitano Giambattista Basile, autor reconocido en el siglo
XVII por sus narraciones cortas del género de fantasía, algunos cronistas le
han atribuido los relatos primitivos y las primeras memorias de la tradición
folclórica del cuento fantástico, pasos que posteriormente seguirían los
hermanos Grimm y Perrault. Basile en sus escritos guía al lector a un mundo
oscuro donde las intenciones que inspiran a los protagonistas de la trama son
de índole egoísta, un universo barroco cargado de elementos decorativos,
opulencia y de derroche, un espacio grotesco, repleto de maravillas, donde la
magia, en sí, la hechicería siempre al final tendrá un costo (una vida por otra
vida) y las víctimas serán sus personajes principales. En su mayoría, el
desarrollo de la trama de estos relatos,
no siguen el esquema del Viaje del
héroe de Christopher Vogler, llevan
a los personajes en un subir y bajar de emociones cual ruleta rusa. Mezquinos,
egoístas, vanidosos, son algunas características de ellos. El héroe como tal se
presenta en la figura de terceros: acróbatas, sirvientes y cortesanos que sin
esperar recompensa apoyan a los soberanos.
En esta
adaptación el director Matteo Garrone, selecciona tres relatos de los cuarenta
y nueve que comprenden el libro también titulado en español “Pentamelón”. Tres reinos colindantes
cada uno con su historia exclusiva. En el primer reino somos testigos de la
desesperación de la Reina Selvascura (Salma Hayek) por concebir un hijo, en el
segundo reino vemos al monarca Altomonte (Toby Jones) consintiendo a su hija,
rey bonachón que adopta a una pulga por mascota y en el último reino su
gobernante Roccaforte (Vicent Cassel)
promiscuo rodeado de amantes en
su desnudez y alma corrupta.
Todos ellos serán víctimas de sí mismos, engañados por
su propia ilusión de poder, estatus que solo es un espejismo, lo sobrenatural
sobrepasa sus voluntades, desde la
sombra emergen los monstros, brujas, nigromantes, ogros con quienes establecen
un pacto, un trueque por el que se pagará un coste muy elevado. Iniciando con
la Reina Selvascura que sacrifica a su esposo ante un monstro marino para
lograr la concepción de un primogénito, seguido por el Rey Altomonte
obsesionado por la crianza de una pulga y entristecido por su muerte, decide usar su cuerpo como una prueba para
los pretendientes de su hija,
concluyendo esta acción en la perdida de la misma a manos de un ogro.
Por último el Rey Roccaforte vanidoso y lujurioso termina enamorado de una
anciana que con la ayuda de una bruja se
convierte en una mujer hermosa.
Garrone consigue transportarnos a este universo
bizarro y fantástico, su propuesta estética refiere a las ilustraciones de los
antiguos libros de cuentos de hadas. La puesta en cámara descubre paisajes
místicos con contraluces y colores vívidos en una fotografía que rinde tributo
a las pinturas renacentistas y al arte barroco. Vestuarios, muebles, decorados,
joyería, peinados, paleta de color, cada uno de los elementos que se exhiben a
cuadro forma referencias a una época y al mismo tiempo sitúa los eventos en un
lugar que no tiene tiempo y espacio.
Con el desarrollo de la trama se desbordan las
emociones irracionales e inverosímiles, se pone en manifiesto la impotencia
humana al tratar de desafiar lo inevitable. Tres reinos son y el ritmo de
montaje está dividido y se presenta en tres tiempos. Cruda y moralizante como
son los originales cuentos de hadas, esta adaptación cinematográfica recupera
esta sobriedad como un homenaje a la literatura fantástica.
La muerte enamorada
del poeta. Orfeo (Orphée). Dirección y guión: Jean
Cocteau. Francia, 1950. Basada en su obra teatral homónima. Elenco: Jean
Marais, María Casarès, François Périer, Marie Déa, Edouard Dermit, Juliette
Gréco. Por Laura Valeria Cozzo: Licenciada y profesora en Letras (UBA) y
estudiante del Traductorado en francés (IES en Lenguas Vivas J.R. Fernández).
Los antiguos mitos
constituían la fuente de inspiración de los poetas. Los tomaban con total
libertad y construían a partir de ellos sus dramas en los que expresaban sus
posturas frente a los problemas religiosos, filosóficos y morales de su época.
El relato original se ve alterado pues quien lo reescribe quita o cambia partes
que no le agradan y continúa usando otras en su creación. Así, el principio de
mutación creativa está en el origen de estas primeras recreaciones del mito.
Devenidos en explicación de la vida y del alma humanas, los relatos míticos
continuaron vigentes a lo largo del tiempo aun tras la caída de las
civilizaciones que los originaron.
La mitología griega
está muy presente en la obra de Jean Cocteau, en sus dibujos pero también en su
dramaturgia, con reescrituras de la historia de los descendientes de Layo y
también Orfeo, cuya figura influirá en su poética y se hará presente además en
su cinematografía: a su obra teatral de 1926, hay que sumarle en la pantalla
grande la trilogía Le sang d’un poète
(1930), Orphée (1950) y Le testament d’Orphée (1959). Al igual
que lo hace con los argumentos de otras obras suyas (originales o inspiradas en
fuentes míticas o literarias precedentes), primero escribe una tragedia en un
acto, estrenada en un teatro parisino en junio de 1926 con escenografía de Jean
Hugo (bisnieto del autor de Los
miserables) y vestuario de Coco Chanel; y algunas décadas después decide
llevarla a la pantalla grande.
Cocteau reescribe el
mito situándolo en el París existencialista de los años 1950. Orfeo es un poeta
ya reconocido, algo egocéntrico y en constante tensión con la generación
siguiente. Cuando se levanta el telón de celuloide, está en el Café de los
poetas, en el que irrumpe Cégeste, un joven poeta, quien provoca ebrio una
batahola general y que luego al salir es atropellado por dos motociclistas que
desaparecen. Una misteriosa mujer de extraña belleza, la Princesa, lleva al
muchacho y Orfeo los acompaña. Una vez que llegan a su castillo, el joven muere
y sigue a la Muerte encarnada en la bella Princesa a los reinos de ultratumba.
Fascinado, Orfeo se enamora de la temperamental dama hasta convertirse en una
terrible obsesión para él. Heurtebise, el chofer de la Princesa, lo lleva a su
hogar, el que comparte junto a su encantadora esposa, Eurídice, con quien el
poeta parece conformar la pareja ideal y de la que el conductor termina
enamorándose a su pesar.
Pero esa armonía se
verá alterada por el encuentro con la Muerte. Mientras Orfeo se obsesiona con
los mensajes poéticos que Cégeste transmite desde el más allá a través de la
radio del automóvil de Heurtebise, Eurídice está cada vez más angustiada por el
extraño comportamiento de su pareja. Un día, la Princesa visita a la joven y la
mata por celos. Desesperado, Orfeo sigue a Heurtebise al otro mundo para buscar
a su esposa y a la Muerte. Allí presencia el juicio a la Princesa, en el que
las autoridades le reprochan haber matado a Eurídice por iniciativa propia. La
altiva dama reconoce estar enamorada de Orfeo mientras Heurtebise admite
estarlo de Eurídice. El veredicto del jurado infernal: Orfeo y Eurídice pueden
volver al mundo de los vivos bajo la famosa cláusula: Orfeo no puede contemplar
a su amada con sus propios ojos.
De vuelta en este
mundo, la vida de la pareja se vuelve un infierno. Al descubrir que su esposo
ama a la Princesa, Eurídice quiere forzarlo a verla pero él se niega, sabiendo
que de hacerlo ella desaparecería para siempre. Accidentalmente, los ojos de
Orfeo encuentran a Eurídice en el espejo retrovisor del automóvil y así ella se
va para siempre. Unos amigos de Cégeste visitan a Orfeo para saber qué sucedió
con el joven poeta. Surge un altercado y el poeta muere a causa de una bala
perdida.
De regreso en el
infierno, encuentra a la Princesa, a quien le promete su amor eterno. Esta
decide sacrificarse y así otorgarle la inmortalidad a Orfeo. Junto a
Heurtebise, vuelven el tiempo atrás y cambian el curso de los acontecimientos
hasta los viejos buenos tiempos en que el poeta y su dama se amaban.
El inquieto polímata
recrea así una extraña y atrayente historia de amor entre la Muerte y su poeta,
quien la seduce y lograr ganarle así su trascendencia en el tiempo. A través de
ella presenta algunos tópicos de su mundo interior y su visión del arte, como el
maléfico poder de los espejos pues mediante ellos percibimos las marcas que la
muerte va dejando en nuestros rostros. Al igual que su otra obra cumbre, la
asombrosa La belle et la bête, Orphée está llena de simples pero
originales efectos especiales que le dan ese toque de misterioso ensueño que
caracteriza a las obras inimitables del poeta-mago de todas las musas.
El sujeto de la ciudad
latinoamericana del siglo XXI. La Virgen
de los Sicarios. Dirección: Barbet Schroeder. Colombia-Francia, 1999.
Basada en la novela homónima de Fernando Vallejo. Guión: Fernando Vallejo.
Elenco: Germán Jaramillo, Anderson Ballesteros, César Gaviria, Juan David
Restrepo, Manuel Busquets, Ernesto Samper, Barbet Schroeder. Por Dr. Rubén Olachea Pérez: Profesor
investigador en la Universidad Autónoma de Baja California Sur, México.
El título le pone
mayúscula inicial tanto a virgen como a sicarios, respetando el sentido del
fervor religioso que invoca. El aliento autobiográfico de Fernando Vallejo se
renueva al dejar de concentrarse en sí mismo como personaje central. Ahora, un
nuevo romanticismo cunde y el viejo gramático que ha recorrido mundo seduce a
un lindo jovencito sicario. Se lo matan y se agencia otro: justo quien mató al
primero y que además termina muerto también. Resumo así burdamente la trama de
una novela fascinante que conquistó a la exigente crítica literaria francesa,
ya desde tiempo a la espera de una alternativa a la simple nostalgia por el
boom latinoamericano.
De entre toda esa
crítica, sobresale una observación de Judith Steiner, crítica de literatura en
la popular revista Les inrockuptibles:
‘Una prosa furibunda, imprecatoria, apocalíptica, cuya desesperanza deja
entrever una profunda ternura’. Steiner detecta algo que pocos verán: tras la
pose de maldito, en Fernando Vallejo hay un santo laico. Un hombre incapaz de
hacer daño, que sin embargo disfruta enormemente abrir cualquier caja de
Pandora disponible: un eterno niño que ha vivido mucho y sabe demasiado.
D´iái,
del bus, nos seguimos pal barrio de Boston a que conociera Wilmar la casa donde
nací. La casa estaba igual y el barrio igual, tal como los había dejado hacia
tantísimos años, como si una mano milagrosa los hubiera preservado, bajo
campana de cristal, de los estragos de Cronos. Sólo que lo que no cambia está
muerto… “Mira niño, en esta casa, en este cuarto de esta ventana que da a la
calle, una noche despejada, estrellada, promisoria, mentirosa, nací yo”. Y ahí
mismo me quiero morir para redondear el epitafio, que en mayúsculas latina ha
de decir así, en aposición a mi nombre y a este lado de la puerta: “Vir
clarisimus, grammaticus conspicuus, philologus illustrisimus, quoque pius,
placatus, politos, plagosus, fraternus, placidus, unum et idem e pluribus unum,
summum jus, hic et natus atque mortuus est. Anno Domini tal…” Y ahí ponen el
año de instalación de la placa, no los de mi nacimiento y muerte porque soy
partidario de no meter a la eternidad en cintura entre fechas, como en camisa
de fuerza. No. Déjenla que fluya sola, que ella sola se irá pasando sin darse
cuenta. Calle del Perú, barrio de Boston, ciudad de Medellín, departamento de
Antioquia, República de Colombia, planeta Tierra, Sistema Solar, Vía Láctea y
todas las galaxias, en la casa donde nací contra mi voluntad pero donde me
pienso morir por mano propia. (Vallejo 1994, 149-150)
Del habla callejera
al latín, de la posible solemnidad que el latín implica al extremo opuesto: la
antisolemnidad que no quiere fechas, pero sí placa. Luego hace un macro zoom
satelital pero regresa al voluntarioso, amenazante yo suicida que conocemos o
creemos conocer.
Barbet Schroeder
dirigió en el año 2000 la versión fílmica de La Virgen de los Sicarios. Él contribuye con la leyenda en torno a
que la novela está inspirada en hechos reales. Por ejemplo: el actor
protagónico que hace el papel de Alexis (Anderson Ballesteros) fue seleccionado
entre cientos de aspirantes. Ballesteros era un artista callejero que vendía
incienso y conoció en vida al ‘verdadero’ Alexis.
Sobresaliente por ser
la primera película de Schroeder en video digital, la cinta muestra el impacto
de la música ranchera mexicana tradicional en Colombia. La conmovedora canción
‘Senderito de amor’ del compositor chihuahuense Ventura Romero (1913-1994),
interpretada por Pedro Infante en los cuarenta, está presente tanto al inicio
como al final de la película. Es una alegre melodía con letra triste. Vallejo
tuvo una activa participación en el filme, como guionista. Otra secuencia
significativa es cuando Fernando, el gramático, quiere matarse de un tiro al
corazón cuando no puede ayudar a un perro moribundo más que sacrificándolo,
pues está atorado sin remedio en un río-cloaca. Alguien lo ha abandonado allí y
ello, más que indignar a Fernando, le parte el corazón. Lo hacen llorar tanto la
vieja canción como el perro agonizante. La canción desencadena memorias de un
pasado cuya ausencia duele. El perro maltratado representa la frustración de no
poder ayudar a quienes sufren, los que ni siquiera pueden defenderse. La
indiferencia ante el sufrimiento de los animales ha vuelto a Vallejo, en la
vida real, un activista defensor de los derechos de los animales, especialmente
los mamíferos, con quienes los humanos estamos tan cerca en la escala
evolutiva.
Uno de los elogios a
esta novela más pertinentes al tema de la ciudad surge por parte del académico
peruano Javier Ágredas (2008):
El
escepticismo del personaje –o la ironía del autor– lo lleva a hacer suyos, a
pesar de su condición de intelectual, algunos de los lugares comunes más burdos
y grotescos. Estas y otras afirmaciones similares no son otra cosa que fuertes
denuncias contra aquellas instituciones (la iglesia, el ejército, los
políticos, los intelectuales) que permitieron que Medellín llegue a tales
extremos de corrupción y violencia. Al dar voz a estas ideas, al expresarlas
con las palabras propias de la región (mediante localismo que el narrador
explica con celo profesional), Vallejo ha logrado en La Virgen de los Sicarios realizar un antiguo anhelo de muchos
escritores latinoamericanos: hacer hablar a la propia ciudad.
De la elocuencia
erudita de Logoi surge, años después,
la elocuencia mundana del habla de la ciudad en un encuentro de
contradicciones. Confluyen en La Virgen
de los Sicarios el español mal hablado que evidencia el fracaso de los
sistemas educativos más la explosión demográfica, con la élite que aún sabe
latín y el libre albedrío de un escritor que dice lo que otros antes no. Borges
valoraba el lunfardo pero la ambición de Vallejo es integral. Muestra la
miseria latinoamericana y dejar de compadecerse de ella, manifestando otro tipo
de preocupaciones modernas (derechos animales, laicismo, sexualidad, ciencia y
otros). Intuyo que allí se perfila el lector, precisamente, sujeto de la nueva
ciudad latinoamericana del siglo XXI.
La mano invisible de
Hollywood. El Beso de la mujer Araña
(The Kiss of the Spider Woman). Dirección:
Héctor Babenco. Basada en la novela homónima de Manuel Puig. EEUU-Brasil, 1985.
Guión: Leonard Schrader. Elenco: William Hurt, Raúl Julia, Sonia Braga, José
Lewgoy, Milton Gonçalves, Míriam Pires, Nuno Leal Maia. Por Rocío Belén Rivera:
Profesora y estudiantes de Artes (UBA).
El beso de la mujer araña (1976) es una de las obras más
célebres de Manuel Puig y una muestra clarísima del
contagio entre el cine y la literatura. The Kiss of the Spider Woman (1985) si bien es una de las tantas
obras literarias llevadas al cine por Babenco, es con este film con el cual se
lanzó a la fama internacional y el único hasta el día de hoy, por el que ha
sido nominado a los premios de la Academia (nominada al Premio Oscar a la Mejor Película en Lengua Extranjera y ganadora del premio al Mejor Actor (William Hurt).
La novela El beso de la mujer araña consta de una
construcción híbrida donde se mezclan estilos literarios y líneas de acción que
permiten la articulación de un relato que demuestra el amor por el cine, ya que
nos recuerda el montaje paralelo con
varias líneas de acción simultáneas (diálogos entre los protagonistas,
narraciones de películas, pensamientos, etc.), así como también esta pasión por
el séptimo arte queda plasmada en que se sirve del argumento de varios films
que se ofrecen como hilo enhebrador del relato, como marco y anticipación del
desenlace del film.
Los films narrados en
la novela de 1976, son muy importantes a la hora de analizar la transposición
de Babenco, ya que las películas acompañan las situaciones y transformaciones
de los protagonistas de la historia, además de permitirles aislarse de la
realidad que los rodea. En la novela, las películas narradas son seis, en el
film, la narración es hilvanada por la exposición fragmentada en varias partes
de la película Destino, lo
cual describe la instalación de un régimen totalitario, con grupos de
resistencias, secuestros, abusos de poder, torturas, desapariciones,
asesinatos, etc., temática que nos permite evocar la situación real en la que
se escribió el libro (en el comienzo de la dictadura argentina denominada Proceso
de Reorganización Nacional (1976-1983) por la cual Puig tuvo que exiliarse
en México y, que aún hoy en día, deja un triste saldo de treinta mil
desaparecidos) que si bien nunca es
explicitada en el film (realizado en 1985), la atmósfera represiva en la que
viven los personajes dan cuenta de este momento histórico específico.
Que el director Héctor Babenco se interese en
realizar esta transposición tan particular y con tanto contenido de época no es
una sorpresa: Brasil, hacia el año de la realización del film, recién terminaba
de estar gobernada por una las dictaduras que caracterizaron la forma política
predominante en ese período en el cono sur de nuestro continente: aquella
dictadura que comenzara la noche del 31 de octubre de 1964 y terminara en 1984.
Entonces la elección del director de realizar la historia de dos de los
estereotipos más discriminados y que más han padecido el peso de los aparatos
ideológicos y represivos del estado, es una forma que tanto Puig en 1976 y
Babenco casi diez años más tarde, utilizan para homenajear a aquellos
incomprendidos y a aquellos que padecen las injusticias de un orden social
represivo.
Por este motivo, se puede exponer la
hipótesis de que lo que ponderó el director al momento de trasponer la obra
literaria de Puig fueron los rasgos
políticos-ideológicos que la misma presenta y no el aspecto psicológico de
los personajes, rasgo que en Puig sí tiene un lugar central (a través de los
monólogos internos de Molina, la historia personal más detallada de Valentín,
las citas psicoanalíticas al pie de página, etc., secuencias que en el film no
aparecen).
Es interesante pensar,
a modo de cierre, el hecho de que la novela de Puig es sumamente
autorreferencial a su país de origen: Argentina, tanto desde el modo dialéctico
de los personajes (en un lunfardo marcadamente porteño) como con las claras menciones
a la ubicación geográfica (se nombran calles típicas del centro porteño, cines,
el barrio de Caballito, etc.) lo que permite una eficiente caracterización del
momento histórico particular de la Argentina en los años setenta, anteriormente
esbozada en este escrito. De esta forma el hecho de que la película sea una
coproducción brasileña estadounidense quita el peso ideológico originario en el
texto literario por otro menos profundo y reflexivo. En primera instancia se
anula el idioma original de la novela (¿Por qué dos presos en una cárcel
brasileña hablan inglés al igual que los guarda cárceles, el director, Molina
con sus amigos, etc?) lo cual hace que se pierda la referencialidad regional
que podría tener el film (ya que tanto la Argentina como Brasil habían sufrido
dictaduras en el momento histórico de la novela de Puig); en segunda instancia
se terminan creando estereotipos (clásico del cine de Hollywood) de cómo son
los idealistas (izquierdistas como Valentín) o los homosexuales (como Molina).
Para finalizar, es
interesante anclarnos en lo propuesto por el teórico Baxandall, quien nos dice
que una obra de arte se ve a través del ojo de época de quien la expecta y hoy,
poco más de 30 años después de la realización del film, cabe pensar que las
diluciones ideológicas del relato se deben a que la mano invisible de Hollywood
hurgó en la composición artística de Babenco para pasar por alto la gran
responsabilidad de Estados Unidos en lo vivido en Sudamérica por los años ‘70.
Esto se lo tengo que
contar a los demás. La cámara oscura. Dirección:
María Victoria Menis. Argentina-Francia, 2008. Basada en el cuento homónimo de
Angélica Gorodischer. Guión: María Victoria Menis y Alejandro Fernández Murray.
Elenco: Mirta Bogdasarian, Patrick Dell'Isola, Fernando Armani, Carlos Defeo,
Silvina Bosco, Joaquín Berthold, Jerónimo Freixas, Elisa Carricajo y Ezequiel
Cirko. Por Viviana Svensson: Prof. en Letras por la UNCOMA y Especialista en
Educación y Nuevas Tecnologías por FLACSO y maestranda en Metodología de la
Investigación Científica por la UNLA.
Toda buena adaptación
de un texto literario al cine consiste en reducir aquél a la lógica y a las
proposiciones del cuento clásico, es decir, integridad o unidad del efecto
-siguiendo a Poe-, y en ser infiel a la naturaleza literaria de la narración
original, de modo que responda a las propiedades del lenguaje cinematográfico.
En el texto literario Gorodischer logra esa unidad a través de la focalización
como inflexión narrativa de la imaginación, la interpretación y la percepción
de la imagen fotográfica que deviene en la narración de la anécdota. El relato
comienza con la bronca del marido de Jaia por ver la foto de su abuela
Gertrudis “encima del estante de la chimenea en un marco dorado con adornos”.
Esto desencadena su furia y la discusión en el matrimonio. Isaac, así se llama
el narrador, es quien cuenta la historia de su abuela Gertrudis: “fea con
ganas, chiquita, flaca, negra, chueca bizca, con anteojos redondos de armazón
de metal ennegrecido que tenían una patilla rota y arreglada con unas vueltas
de piolín y un nudo, siempre vestida de negro desde el pañuelo en la cabeza
hasta las zapatillas” (Gorodischer, Angélica. “La cámara oscura” en La cámara oscura. 1ª ed. Buenos Aires:
Emecé Editores, 2009, pp. 103-104). A través de su mirada que denota actitudes
morales de una sociedad machista, conocemos la vida de Gertrudis o “las malas
inclinaciones” de su abuela como dice el narrador. Por medio de la exageración
en su tono de voz, el narrador ancla la mirada (la suya y la del lector) en la
foto bien grande de cartulina gruesa hasta llegar al primer plano de Gertrudis
y contar su historia como un monólogo interior. Gorodischer con gran maestría
escrituraria neutraliza su mirada a través de la voz de Jaia, quien sin decir,
‘dice’ y permite de esta manera la complicidad del lector.
María Vitoria Menis
utiliza el mismo recurso que Gorodischer y parte de la focalización de la
imagen fotográfica por medio del raccord
de movimiento y de mirada, y nos muestra la historia de Gertrudis desde un
punto de vista que pone en juego dos conceptos clave de nuestra cultura: el de
‘la mirada’ y el de ‘la belleza’. En cuanto al primero, el film muestra la
mirada que los personajes lanzan a Gertrudis y las cosas que la rodean: la
mirada censuradora de su madre, la de la sociedad y la de León, su marido.
Estos dos conceptos se entrecruzan a través de la composición de las imágenes,
la utilización de los planos, la combinación del sonido y la actuación de los
personajes ubicados en ambientes abiertos, como es el campo de la Mesopotamia
argentina, y cerrados, como en la casa de campo. A través del movimiento de la
visión que debe hacer el espectador, Menis hace visible las limitaciones que
impone la mirada; limitaciones que hacen a las posiciones de los personajes dentro
de la historia, y que involucran al mismo el contexto cultural de los
receptores. Con la aparición del fotógrafo Jean-Baptiste el espectador
descubre, además, el concepto de belleza. De esta manera, la directora
subjetiviza su mirada con una objetividad compartida; exigencia de criterio que
respalda las relaciones con el mundo. Sin embargo, a medida que adquiere
protagonismo, el fotógrafo rompe con ese mundo objetivo, evidente y común a
ciertos personajes y crea una pluralidad de mundos que sólo Gertrudis comprende
y disfruta. Entendida así, la obra de arte fotográfica se constituye en una
prolongación del personaje (Jean-Baptiste). El argumento, todo lo visual y
sonoro del film, está organizado en unidades significativas mayores y menores
que permite al espectador percibir la organización de la causalidad de los
hechos y el tiempo de la historia. La técnica dominante en esta organización es
la alteración temporal. Para ello, Menis utiliza el flashback, uno al inicio del film, otro al final, y el flashforward a los 20 minutos de
iniciada la película. Ambos recursos dominan la mirada del espectador y le
hacen ver no sólo la teatralidad de la escena -la mise-en-scène- (Bal, Mieke. Conceptos
viajeros en las humanidades. Una guía de viaje. Trad. Yaiza Hernández
Velázquez. Murcia: Cendeac, 2009, pp.132), sino el film como un artificio
estético, -que muestra y al mismo tiempo lo interroga-, emplazando a los
personajes dentro del plano, el campo y el fuera de campo, y manteniendo un
juego constante con los diálogos y los silencios. A medida que avanza el film
éstos operan como espectáculo liberador de significados, convirtiendo las
palabras y sus significados en signos visibles, auditivos, metafóricos y
simbólicos.
En conclusión, ambos
textos, el cuento de Gorodischer (Buenos Aires, 1928) y el film de Menis,
comparten la misma preocupación por la mostración.
El cuento integra la Segunda Parte, “Las abuelas”, del libro La cámara oscura, publicado por Emecé en
el 2009. En él la autora se aleja de la ciencia ficción y nos ofrece relatos
que despiertan la mirada del lector y lo interrogan constantemente. Sin ser
feminista cree que la primera palabra la dijo una mujer, que salió tempranito
de la cueva, vio cómo amanecía y pensó: “Esto se lo tengo que contar a los demás”
(Picabeas, María José. “La palabra es mi oficio, me encanta trabajar con ellas,
inventarlas”. Entrevista a Angélica Gorodischer, Diario Clarín, Sección
Sociedad, domingo 27 de julio de 2008. Consulta 20-1-2016, en línea http://edant.clarin.com/diario/2008/07/27/sociedad/s-01724081.htm). Siguiendo esta
necesidad de contar, Menis, dramaturga, directora y guionista de cine,
materializa la idea de Gorodischer en Gertrudis, una mujer que sale de la cueva
y que una mañana mientras ve cómo amanece nos cuenta su historia. Así, los raccords de mirada entre el cuento y el
film se constituyen en el mundo que mira (de vuelta) al sujeto y a la sociedad.
A partir de una simple anécdota, ambas escritoras se valen de la imagen en
cuanto a concepto filosófico, literario, y semiótico para constituir la
colaboración entre dos disciplinas: la literatura en el cine y el cine en la
literatura.
BONUS TRACK: Bastardos sin gloria y la Nueva novela histórica. Por
María del Carmen Castañeda Hernández y Ana María Urrea Castro: Universidad
Autónoma de Baja California,Tijuana, México.
Bastardos sin gloria -Malditos bastardos en
España- (Inglourious Basterds). Dirección:
Quentin Tarantino. EEUU-Alemania, 2009. Guión: Quentin Tarantino. Elenco: Brad
Pitt, Christoph Waltz, Mélanie Laurent, Diane Kruger, Michael Fassbender,
Daniel Brühl, Eli Roth, Til Schweiger, B.J. Novak, August Diehl, Mike Myers,
Omar Doom, Sylvester Groth, Denis Menochet, Richard Sammel, Jacky Ido, Martin
Wuttke, Julie Dreyfus, Samm Levine, Gedeon Burkhard, Rod Taylor, Christian
Berkel, Léa Seydoux.
A lo largo de su historia, el cine se ha venido considerando como una
forma de expresión artística, como una industria productora de dinero, como un
espectáculo de masas, pero también como una forma de representación social,
cultural y política del mundo en el que nos rodea, por lo tanto, tiene un
potencial educativo y formativo innato indiscutible.
Las imágenes forman parte de lo cotidiano y esto ha desarrollado
una comprensión de las mismas que en
ocasiones es muy superior a la lectura de ciertos textos escritos, tal y como
asevera el teórico Marc Ferro (Marc Ferro. Cinéma et Histoire. París: Gallimard,
1993) al afirmar que los estudiantes pasan más tiempo yendo
al cine o viendo la televisión que leyendo, por ello les resulta fácil
comprender el lenguaje audiovisual.
El cine es un arte que trasmite ideas a través de la narración de
historias, mediante imágenes que impactan en el aspecto psicoemocional de las
personas a través de la vista. Como todo en el cine es subjetivo, es justamente
esa falta de objetividad lo que lo hace un medio de reflexión que exige al
espectador a ser crítico, a tomar una postura frente a lo que se exhibe y
llegar sus propias conclusiones.
La idea de que a través de la obra cinematográfica se puede conocer a la
sociedad que la produce y que, por lo tanto, constituye una fuente importante
para la construcción del conocimiento, es un supuesto básico planteado por Siegfried
Kracauer (Siegfried Kracauer. De Caligari
a Hitler. Una historia psicológica del cine alemán. Barcelona: Paidós, 1985)
que, en la década de los 40, sorprendió con la innovadora propuesta de que se
podía conocer la Alemania de Weimar a través de los filmes de la época.
En el caso particular de la literatura, el cine constituye una poderosa
herramienta didáctica debido a su capacidad para: motivar el interés, provocar
el análisis crítico y mostrar con claridad conceptos difíciles de explicar.
Asimismo, el cine establece marcos referenciales de sociedades, épocas y
teorías proporcionándonos información fundamental que apuntala al texto
escrito.
¿Pero cuáles son las relaciones, las afinidades y las extrapolaciones
que existen entre los estudios de teoría literaria y los estudios de teoría
cinematográfica? De acuerdo a Lauro Zavala (Lauro Zavala, “Cine y literatura. Puentes, analogías
y extrapolaciones.” 2010, www.razonypalabra.org.mx/N/N71/.../ZAVALA%20REVISADO.pdf) existen dos presupuestos básicos que vinculan a estas dos disciplinas:
(1) tanto los estudios literarios como los estudios cinematográficos pertenecen
a la tradición de los estudios humanísticos, y (2) los dos textos, el literario
y el cinematográfico presentan nuevos mundos narrativos, mundos de ficción.
Es importante señalar que la teoría y el análisis cinematográfico, así
como la teoría y el análisis literario, constituyen un terreno cuyo objetivo
puede ser tanto la interpretación de las películas y de los textos literarios
como el uso didáctico que se hace de estas teorías en el ámbito de las ciencias
sociales, particularmente en los estudios sobre la historia del cine o de la
literatura. En este sentido, no cabe duda de que el cine se convierte en un
recurso de inestimable ayuda a la hora de enseñar literatura.
Zavala propone precisar el campo del conocimiento que se pretende
enseñar y opina que es relevante considerar que cada producto cinematográfico
tiene un perfil del espectador implícito al que se dirige, lo que determina el
tipo de material que puede utilizarse, su nivel de complejidad o de exigencia
estética y las estrategias que se pueden aplicar para su aprovechamiento en el
aula.
La comunicación en el cine se produce en tres niveles organizados y
jerarquizados para que los mensajes cinematográficos adquieran una compleja red
de transmisión.
El primer nivel comprende los sistemas efectivos primarios: vista y
oído, de forma que se puede acceder a la información de un modo inmediato, a
través de los estímulos básicos. En el segundo nivel, están los lenguajes
asociados a los estos sistemas efectivos ya mencionados: imágenes, sonidos
fonéticos, sonidos musicales, ruidos y señales que proporcionan al espectador
un amplio repertorio de referencias culturales de reconocimiento y
codificación. En un tercer nivel están los elementos propios de lenguaje
cinematográfico que actúan de forma subconsciente: la organización de los
encuadres, los movimientos de la cámara, la selección del espacio escénico, el
uso de la música y del sonido, los cuales proveen al espectador de información
complementaria que los conduce a una comprensión plena del contenido argumental
de la película.
Por otro lado, debemos tener en cuenta el lenguaje de las emociones
posee una fuerte base sociocultural y es una parte fundamental del
acontecimiento cinematográfico. Por tanto, como propone Bisquerra (Rafael Bisquerra y
Gemma Filella “Educación emocional y medios de comunicación”, Revista
Comunicar, (20): Orientación y medios de comunicación (Vol. 10 - 2003) 2003 en:
www.revistacomunicar.com/indice/articulo.php?numero=20-2003-09) la finalidad del binomio «cine
y emociones» es la de garantizar un
proceso de educación integral determinado por un adecuado grado de homeostasis
(equilibrio) entre las capacidades personales y sociales de los individuos.
Bastardos sin gloria de 2008, de Quentin Tarantino, es una película de ambientación bélica,
una fusión de sucesos que tienen lugar en la Segunda Guerra Mundial,
específicamente durante la ocupación alemana en Francia. Entrelazando los
destinos de varios personajes tomando elementos de la cultura europea como la
suástica nazi y el folclor de la tarantela italiana que funciona como tema
musical. Tarantino hace gala de un filme del cine pop contemporáneo cuya
principal característica es la yuxtaposición de los medios visuales de
producción masiva con símbolos o iconos de la cultura popular que proponen:
“una nueva lectura de la posmodernidad cultural” (Quim Casas, “Quentin
Tarantino. La puesta en escena del reciclaje”, Dirigido por… nº 330, enero 2004, p. 44)
La Nueva Novela Histórica florece alrededor de 1979 y puede considerarse
como una reelaboración de la novela histórica tradicional que surgió a finales
del siglo XIX y principios de siglo XX en el contexto de las vanguardias. Estas
obras se caracterizan por dar una nueva mirada al pasado cuestionando, en la
mayoría de los casos, lo que la Historia ha dicho con respecto a determinados
hechos o personajes.
Los numerosos estudios acerca de la Nueva Novela Histórica publicados en
los años noventa, se centraron, principalmente, en las manifestaciones de una
transformación en el género, es decir “la renovación radical” (María Cristina
Pons. Memorias del olvido. Del Paso,
García Márquez, Saer y la novela histórica de fines del siglo XX. México:
Siglo XXI, 1996, p.19) de la novela histórica tradicional, especialmente en
cuanto a “su cuestionamiento explícito de la escritura de la Historia y de sus
fácilmente observables e innovadoras estrategias narrativas” (Op. cit. p. 19).
Para acentuar este cambio Seymour Menton y otros críticos han propuesto
la denominación “Nueva Novela Histórica (NNH)” (Seymour Menton. La nueva novela
histórica de la América Latina, 1979-1992, México: Fondo de Cultura Económica,
1993, p. 19)
Menton propone seis rasgos distintivos de la NNH que podemos apreciar en
el filme:
1. Presentación de ideas filosóficas en vez de reproducción mimética del
pasado, es decir, hay una distorsión del relato historiográfico. Bastardos sin gloria se puede clasificar
como una fantasía ucrónica. La ucronía es un neologismo inventado por
Charles Renouvier en su obra Uchronie:
L´utopie dans l´Histoire, de 1876 (Ucronía:
La utopía en la Historia), ya que refiere que, así como utopía es algo que no existe en ningún
lugar, ucronía (Julián Pelegrín. “La
historia alternativa como herramienta didáctica: una revisión historiográfica”,
Proyecto CLIO, 36. 2010. http://clio.rediris.es) es lo que no existe
en ningún tiempo, por lo tanto ucronía
se refiere a una reescritura ficticia sobre acontecimientos históricos en un
«tiempo que no existe», una forma de novela histórica alternativa.
La ucronía especula sobre
realidades alternativas ficticias en las cuales los hechos se desarrollan de
manera diferente a como los conocemos. Así apreciamos que “Bastardos sin
gloria” exhibe una reconstrucción de la verdad histórica y presenta un cambio
en los modos de representación. En el filme los judíos son comparados con las
ratas. Posteriormente los bastardos culminan su venganza liquidando a un Hitler
carnavalesco y a toda la supremacía nazi, prendiendo fuego a un cine parisino
llamado “Le Gamar” (La
«Gémárá», literalmente significa «estudio, enseñanza, doctrina, tradición».
Anteriormente se relacionaba con el verbo gamar,
«completar», dando el sentido de «complemento» de la Misnáh que designa la
parte del Talmud que sirve de base a todos los códigos de la ley rabínica. en www. mercaba.org/Rialp/T/talmud_y_talmudismo.htm)
2. Distorsión de la historia a través de omisiones, exageraciones y anacronismos. La película muestra un
imaginario ajuste de cuentas de los judíos con los nazis que van a ser víctimas
de atentados grotescos e hiperbolizados: una escuadra de feroces vengadores
judíos comandados por el truculento Aldo Raine (Brad Pitt), jefe del siniestro comando de los Inglourious Basterds, es de Tennessee y tiene sangre apache -lo
cual explica que ordene que se les arranquen las cabelleras a sus enemigos- se dedica a cazar nazis y arrancarles el cuero cabelludo antes de
matarlos o marcarles con su cuchillo una esvástica en la frente a aquellos
nazis que por alguna razón deben de sobrevivir.
3. Ficcionalización de personajes históricos en vez de protagonistas
ficticios. Uno de los personajes
seudohistóricos más impactantes del filme es Shosanna Dreyfus. Shoushannah es
un nombre bíblico en hebreo que puede traducirse al español como Susana.
Actualmente se usa para hacer referencia a la flor de azucena, el lirio blanco,
símbolo ancestral de la pureza y de la castidad de la mujer. En el “Libro de
Daniel” del Antiguo Testamento existe una Shosanna (Fausto Giuduce, “Fantasía ucrónica hollywoodense
frente a film de historia legendaria: entre Tarantino y Guédiguian… ¡escojan
ustedes! 2009, en: http://www.tlaxcala.es/pp.asp?reference=8761&lg=fr) que es la protagonista de la fábula “Susana y los ancianos”, relato
muy conocido y recurrente en la cultura judía y en la mitología griega y que
tiene una gran carga simbólica. El apellido Dreyfus obviamente hace alarde al
Caso Dreyfus (Émile Zola. Combat
pour Dreyfus. Paris: Éditions Dilecta, 2006), que conmocionó a la
Francia del S XIX, con un trasfondo de espionaje y antisemitismo, en donde la
víctima fue el capitán Alfred Dreyfus (1859-1935), de origen judío-alsaciano y
que marcó un hito en la historia del antisemitismo.
4. Metaficción que se refiere a los comentarios del autor sobre el texto
mismo. A lo largo de la película podemos apreciar la cantidad de observaciones
que los personajes hacen sobre el cine, lo que recalca la postura de Tarantino
sobre la importancia del cine.
5. Intertextualidad que es la presencia de un texto en otro para lograr
la re-escritura del primer texto. La intertextualidad más evidente de la
película de Tarantino está en el título que se llama igual que un spaghetti western bélico dirigido por
Enzo G. Castellari en 1978, Quel
maledetto treno blindato, conocido en los Estados Unidos como The Inglorious Bastards. Asimismo se
puede apreciar un guiño de Tarantino al filme de Robert Aldrich The dirty dozen (Los Doce del patíbulo), ya que el personaje de Brad Pitt lleva el
sobrenombre de “El Apache” y les pide a sus hombres que le quiten el cuero
cabelludo a todas sus bajas enemigas. Asimismo, la película hace referencias
constantemente a Chaplin, a los directores de cine Ernst Lubitsch y Sergio
Leone e incluso a la música de Ennio Morricone, famosísimo compositor de bandas
sonoras para cine.
6. El carácter dialógico, carnavalesco, paródico y heteroglósico, según
la propuesta de Mijail Bajtin (Mijail Bajtin. Problemas de la poética de Dostoievski. México: FCE, 1986.), se aprecia fuertemente en la película en donde las palabras cobran un
protagonismo esencial (Bastardos sin gloria – Cineismo en www.cineismo.com/criticas/bastardos-sin-gloria.htm). La película se concibe como construcción discursiva, esto es, como un
relato cuya narrativa se elabora desde una determinada perspectiva cultural e
ideológica, con base en hechos registrados como reales. Los personajes poseen
exageraciones humorísticas grotescas y paródicas. El carácter dialógico y
heteroglósico se presenta en el uso del diálogo, en la forma en la que el
proceso de comunicación se desarrolla, en la multiplicidad de discursos y el
uso consciente de distintos niveles de lenguaje. Los personajes poseen
exageraciones humorísticas grotescas y paródicas alemanes hablan en alemán, los
franceses en francés y los estadounidenses hablan mal en italiano. El personaje
más atractivo y complejo, Hans Landa, es el que domina todos los idiomas. Esa
es la razón por la cual en la película de Tarantino los personajes tienen un
mayor relieve ya que se expresan y se nos revelan a través de la palabra.
De manera que al utilizar la película Bastardos sin gloria para ejemplificar los componentes de la NNH
podemos: lograr la incorporación de nuevos contenidos por su acción motivadora
y catalizadora, la posibilidad de un análisis a profundidad de los elementos
que intervienen en un tema de estudio, ya que se muestra el contexto en el cual
se desarrollan y se permite además, mediante un debate adecuado del tema, el
reconocimiento de la propia visión del estudiante para poder identificar qué
parte focaliza o substrae de todos estos componentes aunados a la posibilidad
de una reflexión sobre los valores sociales y éticos involucrados en una
investigación académica.
BONUS TRACK 2: 76 de los mejores planos de la historia del cine reunidos en un vídeo.Basado en el artículo “129 Of The Most Beautiful Shots In Movie History de Daniel Dalton” (http://www.buzzfeed.com/danieldalton/...). Música: Caro Emerald - Perfect Day (Live Lou Reed cover)
BONUS TRACK 2: 76 de los mejores planos de la historia del cine reunidos en un vídeo.Basado en el artículo “129 Of The Most Beautiful Shots In Movie History de Daniel Dalton” (http://www.buzzfeed.com/danieldalton/...). Música: Caro Emerald - Perfect Day (Live Lou Reed cover)
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